En las noches cuando me acuesto, me relajo
y duermo pensando en tu voz hecha canción,
duermo imaginando tus caricias
y tus brazos que me abrigan dàndome calor.
En mis sueños siempre estás, y anhelo que ellos se hagan realidad,
pero al despertar, todo sigue igual,
y quedo esperando, algo que sé, nunca llegará.
Y amanece y sale el sol alumbrando como un lucero
acompañado siempre del sonido del viento,
El mismo viento que apaga por un instante el dolor,
y aquel sol, que llena de energía mi alma y corazón.
No obstante sigue el día y te vuelvo a recordar,
mi mente que se nubla y no se por donde empezar,
y haciendo oído sordo a todo lo que me dicen
sólo pienso en vos, en tomarte de la mano
y llevarte por un nuevo y hermoso camino
donde descansen juntos los latidos de tu corazón y el mío.